ASAJA recuerda a los políticos que no sólo deben pensar en las grandes ciudades
Como viene siendo habitual por estas fechas, los Reyes Magos de ASAJA de Castilla y León han recorrido Valladolid para entregar carbón a aquella institución, empresa o, como en este caso, administraciones, que no se han esforzado como debieran a lo largo del año 2015, ya que en esta edición se ha decidido ‘premiar’ a la Junta de CyL por recortar lis servicios a los ciudadanos del mundo rural. Varios centenares de agricultores y ganaderos de todas las provincias de la región han participado en la protesta, cuya cabecera se abría con una pancarta con el lema “Contra el fin de los pueblos”. Además, los manifestantes llevaban otras pancartas de mano que recogían las principales demandas del medio rural, con los mensajes “Jóvenes”, “Seguridad”,”Colegio”, “Sanidad”, “Internet”, “Empleo”, “Vivienda”, “Transporte”, “Pensiones” y “Servicios”.
Los Reyes Magos, y los responsables regionales de ASAJA, Donaciano Dujo y José Antonio Turrado, han hecho entrega del cargamento de carbón con destino al titular del Gobierno autonómico, Juan Vicente Herrera. También han depositado una carta de Sus Majestades, en la que explican al presidente de la Junta las necesidades y problemas que tienen los habitantes de los pueblos, “pueblos cada vez con más cemento y adoquines, aparentemente más bonitos, pero con menos gente, y sobre todo con menos jóvenes. La gente joven no vive en ellos porque no hay alternativas de empleo, y la calidad de vida es peor al no disponer de servicios básicos. La despoblación es el principal problema del medio rural de Castilla y León”.
Los Reyes Magos de ASAJA subrayan en su carta que los políticos “tienen la vista puesta más en los habitantes de las grandes ciudades que en los anhelos y necesidades de quienes viven en el campo”, y piden que este carbón sea “un toque de atención para que se escuche a quienes viven en los pueblos, quienes ocupan el amplio territorio de Castilla y León, que están dispuestos a luchar por su futuro y el de sus hijos, reivindicando, de una forma pacífica y educada, como es habitual en los del campo, aquello que se merecen”.