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Esta semana se cumplía un año desde que los ganaderos de la Unión Europea (UE) comenzaron a producir leche sin regulación, tras acabar el sistema de cuotas lácteas que establecía el volumen permitido para cada uno de ellos; 365 días “difíciles” que, a su juicio, han agudizado la crisis de precios en origen y, lo que es peor, sin que se atisbe una solución a corto plazo La consecuencia más inmediata de esta decisión, según las organizaciones agrarias consultadas por Efeagro, ha sido el aumento de producción de leche tanto en España como en el resto de la UE; un hecho que confirman los informes publicados a lo largo de estos doce meses tanto por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) como por la Comisión Europea (CE). En España, la producción ha subido un 3,4% entre abril de 2015 y enero de 2016, respecto al mismo período anterior; en la UE, los volúmenes entregados se incrementaron un 5,6% entre enero de 2016 y el mismo mes del año anterior.

   La producción creciente, unida a una demanda estancada o en ligero retroceso a nivel comunitario y mundial, han sido los condicionantes de la “tormenta perfecta” que han vivido este año los productores de leche españoles, en palabras del presidente de la Organización Interprofesional Láctea (Inlac), Ramón Artime.

InLac no tiene claro que volver atrás y recuperar las cuotas sea la solución

   Esta situación ha agudizado la crisis de los precios en origen que recibe el ganadero, con caídas que en el caso de España superan el 4,6 % de media entre marzo de 2015 (último mes con cuotas) y enero de 2016 (último mes con datos cerrados). En el conjunto de la UE, la bajada de las cotizaciones entre marzo del año pasado y febrero de 2016 fue mayor, del -6,59 %.

    Según Artime -que también es el responsable del sector lácteo en la organización agraria Asaja-, al final de las cuotas se han sumado el descenso de las exportaciones, especialmente de queso, debido al veto ruso y el “frenazo” de ventas a los mercados asiáticos.

    El presidente de Inlac, no obstante, tiene “dudas” sobre si volver a un sistema regulado de producción serviría para atajar la crisis y cree necesario que antes de dar ese hipotético paso -reclamado por algunas organizaciones agrarias- habría que estudiar bien los “pros y los contras”.

Para Cooperativas, el final de las cuotas ha ayudado a alargar la crisis

   El responsable de Ganadería de Cooperativas Agro-alimentarias, Fernando de Antonio, considera que el fin de las cuotas ha agudizado la crisis “más larga” que han vivido los productores hasta ahora.

Subraya que las ayudas económicas facilitadas por la UE a lo largo de este año no han servido para solucionar la problemática que afecta a los ganaderos. En su opinión, ha sido un año “tumultuoso, complicado y con mucha incertidumbre”.

Para COAG, la única beneficiada ha sido la propia industria

   Por su parte, el secretario general de COAG, Miguel Blanco, señala a la industria como la principal beneficiada del fin de las cuotas, ya que ahora es ella la que controla la producción de leche, decidiendo “dónde y a quién” se la compra, por lo que hay ganaderos que corren el riesgo de que no les recojan la leche.

    Para Blanco, es la “consecuencia directa” del fin de las cuotas y “no se le está poniendo coto”, por lo que es partidario de volver a una nueva regulación de la producción.

    Por ello, hace un balance “muy negativo” de este año y asegura que las políticas del Magrama y de la Comisión Europea “no han dado resultado” y han servido sólo “para vender humo”.

UPA ve un año “trágico” que hubiera sido peor sin no hubiera habido protestas

   El secretario de Ganadería de UPA, Román Santalla, afirma que ha sido un año “para olvidar”, “trágico” en términos económicos para el productor, y estima que hubiera sido “bastante peor” si no fuese por la “lucha sindical y las movilizaciones” celebradas.

   Santalla indica que ha habido explotaciones en las que la leche se ha pagado a precios “bajísimos” y otras han tenido “dificultades” para que les retiren el producto.

   Ve “muy importante” para España hacer planteamientos de futuro basados en la regulación, la ordenación de las granjas, recuperar el mercado interno, retomar acuerdos sectoriales y atender a la demanda de los ciudadanos que están pidiendo, según remarca, una mejora del etiquetado en cuanto a procedencia y origen de la leche.