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La Comisión Europea es consciente de que si dentro de prácticamente un mes no logra un consenso con los Estados europeos para aprobar el uso del glifosato, este pesticida sería prohibido en toda la UE. Por eso, estudia ahora una propuesta para acortar el periodo de autorización, según ha señalado este jueves el portavoz comunitario de Salud, Enrico Brivio, que admitió que hay “distintas opciones” sobre la mesa, entre las que se incluye conceder la autorización “por un periodo más corto”, sin precisar cuál sería, pero matizó que habrá que ver cómo evolucionan las consultas con los Estados miembros. La CE había propuesto en un primer momento renovar su autorización durante 15 años y luego lo bajó a nueve, mientras que el Parlamento Europeo a su vez abogó el pasado 13 de abril por autorizarlo solo por 7 años y con claras restricciones.

   “Las conversaciones continúan. La Comisión Europea sigue ayudando a los Estados miembros a encontrar una solución que tenga un apoyo amplio”, dijo Brivio en la rueda de prensa diaria de la CE. Se pretende “garantizar la protección de la salud humana y el medio ambiente”, y a la vez tomar una decisión “basada en la ciencia y “jurídicamente sólida”, indicó.

Hasta el 30 de junio para convencer a Italia, Alemania y Francia

   El portavoz dijo asimismo que aún no se puede precisar la fecha en que este tema podría votarse, pero recordó que el plazo tope es el 30 de junio. El pasado 19 de mayo las reservas de Italia, Alemania y Francia obligaron a aplazar el voto sobre este asunto, que iba a tener lugar en el comité sobre Plantas, Animales, Alimentos y Piensos de la UE.

    Brivio dijo entonces que si no se toma una decisión antes del 30 de junio, el glifosato no quedará autorizado más en la UE y los Estados miembros tendrán que retirar las autorizaciones para todos los productos basados en el mismo. El mismo voto había sido ya pospuesto una primera vez el pasado marzo.

    El glifosato es la sustancia activa del herbicida más vendido en el mundo, el RoundUp, comercializado por la multinacional Monsanto. Pese a la opinión negativa de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer y de la Organización Mundial de la Salud, que lo incluyó en su lista de posibles cancerígenos, el pasado noviembre la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) concluyó que no hay evidencias científicas del vínculo entre el glifosato y el cáncer.

Preocupación entre los agricultores que lo ven “clave” en sus cultivos

    El Comité de Organizaciones Agrarias y Cooperativas comunitarias (Copa-Cogeca) envió esta semana una carta al titular europeo responsable de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, en la que expresó su preocupación “ante la posibilidad de que no se renueve la autorización del glifosato”.

    El secretario general de Copa-Cogeca, recordó que la EFSA “ha confirmado su seguridad” y opinó que “es totalmente inaceptable que la CE considere dar la espalda a la ciencia y a procedimientos acordados y que posiblemente lo prohíba”.

    Añadió que el glifosato es “un herbicida muy extendido en la UE” y una “herramienta” clave para los agricultores, y aseguró que sin su reautorización la producción alimentaria estará amenazada “ya que no existen alternativas”.