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La patronal de fabricantes de productos fitosanitarios Aepla y la organización agraria AVA-Asaja han destacado la importancia de estos productos para mantener los actuales niveles de producción agrícola, calidad y seguridad, y piden alternativas a la prohibición de materias activas en la UE. En rueda de prensa para presentar la I Encuesta sobre percepción e imagen de la agricultura, el director general de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (Aepla), Carlos Palomar, ha planteado que las autoridades no pueden poner en peligro algunos logros en competitividad en sectores como las frutas y hortalizas, del que España es primer exportador mundial. Frente a la progresiva prohibición en la Unión Europea (UE) de diferentes materias activas presentes en fitosanitarios, Palomar ha señalado que los agricultores dependen en el día de día de autorizaciones “excepcionales” de la Administración para tratar muchos cultivos.
Ha recordado que agricultores y empresas fabricantes reclaman una Agencia Única que agilice la autorización de esas sustancias. Según Palomar, Aepla tendrá que “salir más a la calle” para comunicar a la opinión pública la realidad hoy de los fitosanitarios, ante la “desinformación” actual.
“Se aplica más el principio de precaución que el de responsabilidad de uso”
En cuanto al informe presentado, el 48% de los españoles encuestados asegura tener una imagen “ni positiva, ni negativa; un 18 %, la tiene “positiva” o “muy positiva”; y un 35 %, la describe como “negativa” o “muy negativa”. El 40% de estos últimos afirma que la razón principal de su percepción es el supuesto perjuicio que los fitosanitarios causan en la salud humana.
En este sentido, desde Aepla han criticado que, con frecuencia, las autoridades “han realizado una mala pedagogía” de este tipo de productos, a los que aplica “el principio de precaución” frente al resto de sectores a los que se somete más bien al principio de “responsabilidad de uso”.
En este debate ha situado al “glifosato”, al que algunos colectivos atribuyen efectos cancerígenos en Europa. “En ninguna otra parte del mundo hay problemas con el glifosato que utilizan. Lo necesitamos, o algo similar, porque el control de las malas hierbas manualmente sería impensable”, ha resaltado el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, quien ha reclamado informes científicos a la UE para aclarar el debate.
Aguado ha hecho hincapié en la competencia desleal de terceros países que utilizan materias activas prohibidas en la UE, con menores precios, así como la creciente resistencia de plagas de los cultivos a los escasos tratamientos autorizados.
“Se necesitan materias activas eficaces en la agricultura si queremos seguir ofreciendo productos de calidad, con todas las garantías para el consumidor”, ha indicado Aguado, quien afirma confiar en la ciencia y no en opiniones o “filosofía”, por eso ha asegurado que “Europa es la zona más segura del Planeta para producir alimentos”.
Grave desconocimiento sobre la agricultura por parte de los consumidores
La encuesta pone en evidencia, además, “un profundo desconocimiento” sobre la agricultura por parte de los consumidores, quienes evidencian numerosas “contradicciones”. El 65 % de los encuestados piensa que la agricultura emplea mucha tecnología, pero al mismo tiempo ven al agricultor como un trabajador “con poca cualificación técnica”, han destacado desde Aepla.
El 93% no sabe que España es el primer exportador mundial de frutas y hortalizas; y el 80% desconoce que el sector agroalimentario emplea a más de 2 millones de personas en España. El 79 % de los españoles confía en los controles de seguridad alimentaria y, respecto a los “aditivos” en los productos, el 58 % manifiesta una percepción “negativa” o “muy negativa” debido a su supuesto perjuicio a la salud de la personas.
Los empresas de AEPLA facturaron en 2015 unos 859 millones de euros -821 millones en 2014-; en los dos primeros meses de 2016 han acumulado un crecimiento del 5 %, cifra que preven mantener este ejercicio, aunque dependerá de factores que les afectan como la climatología, la evolución de los mercados exteriores e, incluso, del “veto” ruso. En los últimos tres años, el sector ha registrado crecimientos del 30%