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Este jueves día 3 se ha constituido en Madrid la junta directiva de la futura Federación europea de aceite de orujo de oliva y biomasa del olivar, que con sede en Sevilla reunirá a las empresas extractoras y refinadoras responsables del 90% de la producción y comercialización mundial. Así lo ha avanzado a Efeagro el presidente de la Asociación Nacional de Extractores de Aceite de Orujo (ANEO), José Luis Maestro, a su vez presidente de la recientemente constituida Interprofesional del Aceite de Orujo de Oliva de España. La Federación europea podría comenzar a funcionar oficialmente a partir del próximo mes de junio y adherirá a un sector compuesto por 65 fábricas extractoras y refinadoras de aceite de orujo de oliva de España; 23 de Grecia; y 15 de Portugal e Italia, respectivamente, ha explicado Maestro. La presidencia de esta Junta Directiva -germen de la futura Federación europa- recaerá en España (en el propio Maestro) y la vicepresidencia, en Italia; Portugal será tesorera

   “Hoy es un buen día porque hemos firmado el acuerdo y puesto los mimbres de una Federación” que, una vez constituida, “defenderá con una única voz y en una misma dirección” los intereses del sector adherido ante las Administraciones estatales y de la Unión Europea.

    Entre sus principales reivindicaciones exigirán una armonización de las normas medioambientales y sobre emisiones, que actualmente son diferentes no sólo entre países, sino también entre comunidades autónomas y entre unos ayuntamientos y otros. “Es un caos, y esto no puede seguir así”, ha afirmado.

    Maestro ha destacado la importancia de las empresas extractoras desde el punto de vista medioambiental, ya que recogen subproductos de las almazaras e impiden que éstos puedan ser vertidos. “Nosotros somos la solución al olivar. No generamos ni alpechines, ni alpeorujos, que son producidos en cambio por las almazaras”, ha remarcado.

    En este sentido, ha recordado que las empresas extractoras y refinadoras recogen estos productos que se generan en el proceso de molturación de la aceituna -para la obtención de aceite de oliva- y “le damos un valor añadido”. Estas empresas obtienen un segundo producto, el aceite de orujo de oliva, que no sólo genera ingresos a los fabricantes, sino también a los oleicultores y almazaras.