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El censo de reses de lidia ha repuntado en Extremadura hasta las 31.182 cabezas registradas en 2015, 383 más que el año anterior, pero la crisis sigue instalada en el sector, según los ganaderos, por varios problemas, entre ellos los bajos precios. Tras tocar fondo en el 2013, con 28.894 reses registradas, los dos últimos años se ha producido un aumento de la cabaña extremeña en 2.288 ejemplares, mientras que a nivel nacional prosigue la recesión. Luis Guillermo López Olea, de la ganadería Herederos del Conde de la Corte, ha achacado ese repunte a la llegada de reses de otras comunidades autónomas. “Si criamos más es que estamos locos”, ha indicado a Efe sobre esos datos, a la vista de la pésima situación que a su juicio vive el sector.

   Lo cierto es que aunque hay más reses de lidia, las ganaderías registradas en 2015, 110, son prácticamente las mismas que había dos años atrás, lo que podría avalar su tesis. El censo publicado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente -la Junta de Extremadura no ha facilitado datos- no detalla movimientos de ganado entre CCAA.

Un sector con precios “peor que nunca” y con el riesgo añadido de “no poder cobrar”

    Lejos queda el año 2009, con 39.383 cabezas y 139 ganaderías registradas en Extremadura. El panorama que ha dibujado López Olea no puede ser más sombrío, ya que ha aseverado que los precios son “peor que nunca” y, además, existe el riesgo de no cobrar.

    “Hemos llegado -además- a lo peor de todo, que a tu propio trabajo le quieran poner precio desde fuera y eso no puede ser”, ha lamentado este ganadero, que ha desvelado que por un toro de lidia que vale 5.000 euros se ofrecen 1.000, “¿qué economía resiste eso?”.

    Debido a la cuestión social en torno al toro y a la económica, lleva dos años sin lidiar en plazas de toros y su negocio está en los festejos populares y en el ganado de carne. El Toro de la Vega que el año pasado se lidió en Tordesillas (Valladolid), “Rompe-suelas”, de 640 kilos de peso, pertenecía a esta divisa.

    En la misma línea, el ganadero Luis Albarrán ha asegurado a Efe que “no es rentable ahora mismo el negocio” debido a los costes de producción y los precios, y ha indicado que algunas explotaciones han echado el cierre porque era “insostenible”. No obstante, ha precisado que las operaciones económicas son un “poquito mejor que el año pasado” y que el ganado vale “un poquito más”.

    A su juicio, uno de los problemas que hay es que las figuras están por encima del mercado y los precios son bajos para el ganadero y demasiados altos para ellas, que, sin embargo, no llenan las plazas, ha apuntado.

Cuesta lo mismo montar una corrida en Badajoz que en Madrid

    No obstante, ha reconocido que si en su lugar se pusiera a otros espadas, iría “menos gente todavía”. Además, ha citado otros problemas, como la pérdida de subvenciones públicas por la situación política o los impuestos. “Usted no se hace una idea, cuesta lo mismo montar una corrida de toros en Herrera del Duque -Badajoz- que en Madrid”, ha asegurado.

    También es consciente de que la gente, como están las cosas y con una hipoteca a sus espaldas, le cueste desembolsar cien euros en dos entradas.

    Los ganaderos han tenido que recortar reses y empleo, según Luis Albarrán, cuyas reses pastan en Alconchel (Badajoz), que opina que las expectativas serán bajas durante unos años, “salvo que aparezca una figura y atraiga la gente y llene las plazas”.

    Después del ajuste que se ha producido en todos los sectores de la sociedad, con una reducción de un 40 por ciento de los festejos taurinos, la tónica del censo será muy parecida los próximos años, a juicio de Francisco de Borja Domecq, de la divisa Jandilla.

    Jandilla, con fincas en Llerena y Mérida, ha pasado de las veinte o veintidós corridas de los años buenos a las doce que dará este año, Albarrán de diez o doce a seis y Conde de la Corte de catorce o quince festejos a no lidiar en plazas de toros.